México, DF. Más de la mitad de mexicanos padecen de analfabetismo digital al no poseer una computadora o acceso a internet y, en un sentido más amplio, porque no saben utilizar estas herramientas para incrementar su productividad.
El analfabetismo digital o tecnológico se puede definir como la falta de conocimiento para usar una computadora y lo que gira alrededor de ésta como puede ser el software, el acceso a internet y explotar la red para ser productivo. No se trata de únicamente de no saber cómo prenderla.
No existen datos precisos de cuántos analfabetas digitales hay en México, sin embargo, se puede inferir por el número de usuarios de la red que al menos más de la mitad de la población tiene algún grado de deficiencia en esta materia.
Datos de la Asociación Mexicana de Internet revelaron que en el país existen 45.1 millones de usuarios de internet al cierre de 2012, cifra que representa un avance importante al considerar que se tenía la mitad de ese número en 2006.
Sin embargo, esto demuestra que todavía hay mexicanos excluidos de la red porque la población total es de 112 millones de personas, lo que significa que más de 67 millones independientemente de su edad no tienen acceso a internet.
La principal razón para no tener computadora o contratado el servicio de internet, de acuerdo con encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, es que las personas no cuentan con el poder adquisitivo para adquirir un dispositivo o firmar un contrato.
A lo que se agrega que al menos 40 por ciento de la población mexicana se ubica en zonas donde no existe ni conectividad ni cobertura de los servicios de telecomunicaciones, que son esenciales para ser parte del mundo digital.
Falta apoyo
Esta situación se refleja en los índices elaborados por el Foro Económico Mundial, como el Reporte Global de Información Tecnológica 2013, donde se indica que el país todavía sufre de una baja infraestructura en tecnologías de la información y comunicación que permita reducir los altos costos sobre todo en telefonía celular, que se ha convertido en el primer dispositivo para muchos mexicanos con el que entran a la red, lo que ha generado que la penetración de estas tecnologías en los hogares no haya progresado.
Más allá de prenderla
Javier Allard, director general de la Asociación Mexicana de la Industria de las Tecnologías de la Información (AMITI), comentó que el analfabetismo digital también tiene otras formas de presentarse, porque hay personas, empresas y gobiernos, que tienen la posibilidad de utilizar computadoras, software o internet para elevar su productividad y competitividad, pero no lo hacen.
“No se trata sólo de saber prender una computadora. En el caso de las microempresas pueden utilizarla para llevar inventarios, la facturación o el contacto con clientes”, recomendó.
La AMITI considera que existe una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas que representan más de 90 por ciento del total en México, pero un buen porcentaje no están utilizando computadoras, ni software, ni comunicaciones, ni la red en sus procesos productivos.
Incluso consideró que, si no se puede contar con una computadora de escritorio, las pequeñas y medianas empresas pueden utilizar dispositivos móviles como teléfonos inteligentes o tablets para elevar su productividad, sobre todo porque hoy en día hay muchas aplicaciones y soluciones en la nube que pueden llevarlas al mundo de la economía digital.
Para el directivo, el gobierno ya tiene identificado este problema de analfabetismo y está haciendo importantes esfuerzos para eliminarlo.
Un ejemplo es el programa para dotar de computadoras a los alumnos de quinto y sexto de primaria, así como el hecho de que varias escuelas tienen al menos una computadora en el aula u otras están estrenando laboratorios de cómputo que sirven para que los alumnos aprendan a usarlas y buscar información en la red.
Mientras que para las pequeñas y medianas empresas se tienen programas gracias a organismos como el Instituto Nacional del Emprendedor o Prosoft que buscan fomentar la adquisición de tecnología y adoptarla en el proceso de negocios.
Allard concluyó que el analfabetismo digital no es un problema únicamente de México, sino de toda la región latinoamericana y de los países en crecimiento.
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