Media hora después del triunfo de la Selección mexicana de futbol contra Croacia, la Glorieta de Bosques de las Lomas era una explosión de gritos, abrazos, cánticos y alcohol.
Jóvenes consumen vodka, tequila y cervezas en la Glorieta de Bosques de las Lomas para festejar el triunfo de la selección de futbol de México sobre Croacia.
Como salidos de una pantalla cinematográfica, cuatro jóvenes vestidos con jerseys del equipo tricolor cantan como el personaje que interpreta Matthew McConaughey en El lobo de Wall Street: “¡Aaaah, aaaah!”, se dan dos golpes en el pecho, “¡aaah, aaaah!”, otros dos golpes, “¡aah, aah, aah, aah, aah, aah!”… mientras uno de ellos toca un tambor.
A pocos metros, sobre el toldo de una camioneta Liberty Sport negra, una bocina vomita a todo volumen la polémica y censurada expresión mundialista: Puto, de Molotov.
Es un “festejo” como en el Ángel de la Independencia, pero sin límites. Aquí, jóvenes de entre 16 y 25 años, maltratan árboles de troncos débiles y trepan a los postes de las lámparas a pesar de la notoria presencia de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).
Más allá del vehículo que funge como ‘sonidero’, detrás de los arbustos que dibujan la orilla de la glorieta, una mujer policía ríe mientras observa a un chavo que bebe tequila directo de la botella.
En otro día, en otro momento, quizá las autoridades intentarían detener a quienes beben en la vía pública; sin embargo, hoy, está permitido por la zona y lugar donde sucede.
“Hay algunos (muchachos) que están bebiendo al interior (de la glorieta). Es un poco también una situación de tolerancia, para evitar que haya una gresca entre la policía y varios jóvenes”, explica Humberto Morgan, director general de Seguridad Ciudadana de la delegación Miguel Hidalgo, quien vigila a 'chicos y chicas' junto con agentes de la policía de la ciudad.
En ocasiones les quita botellas. En una camioneta de la SSPDF hay una caja repleta de envases de vidrio, algunos vacíos, otros a la mitad y unos más, llenos todavía de bebida, resultado de un decomiso parcial, porque al centro de la glorieta de Bosques de las Lomas, huele a vodka, hay vacias botellas tiradas sobre el lodo y rostros enrojecidos que cantan y gritan.
Cielito lindo se escucha al unísono, luego vivas cantados en una zona y otra.
“¡Holanda va a probar el chile nacional!”, “¡Si nos organizamos, cogemos todos!”, hierve la plaza, y sigue llegando más gente.
El agente de la SSPDF J. Muñoz estima que hay cerca de dos mil personas en el lugar, mientras Humberto Morgan, director general de Seguridad, calcula mil 600, cifra que prevé llegará a dos mil 200 personas hasta las 09:00 de la noche, hora en probablemente termine el festejo.
La fiesta suena como Garibaldi en sábado por la noche, pero lo que se ve es muy distinto. A diferencia de la bohemia del pueblo en la plaza donde suele haber mariachis, esta glorieta está rodeada de camionetas negras y guardaespaldas, quienes observan para un lado y para otro, al pendiente de sus protegidos y protegidas.
Al preguntar a una agente de la SSP si no es peligroso que chavos tambaleándose trepen en las luminarias de la glorieta, el policía responde que no, porque los postes están bien reforzados.
Hora y media después de la victoria de la Selección Nacional, son notorias las botellas y la basura del antro que hoy se instaló en un espacio público para desbordar euforia.
We are the champions, de Queen, sale de la bocina conectada al sistema eléctrico de la Jeep Liberty negra.
Un helicóptero amarillo de una cadena radiofónica da vueltas sobre la glorieta, mientras un aullido sonoro de la multitud nace de la plaza... al cielo.
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