Medio siglo después, los historiadores de John F. Kennedy (JFK) vuelven a poner toda su atención en los eventos del 22 de noviembre de 1963, para imaginar el impacto que pudo tener su presidencia.
Los admiradores de JFK lo veían abogando por la paz mundial. La crisis de los misiles transformó al halcón de la Guerra Fría en el autor del primer tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en 1963. “Kennedy fue determinante para evitar un conflicto con la Unión Soviética y China”, dice el historiador Robert Dallek, autor de varios libros sobre el mandatario.
“Los nuevos diálogos con el Kremlin y el tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares fueron una prueba de cómo él estaba tratando de bajarle la temperatura a la Guerra Fría. Si Kennedy hubiese vivido, habría habido una distensión antes de la que tuvimos en el Gobierno de Richard Nixon”.
Con 70% de aprobación que tenía, Kennedy habría ganado las elecciones de 1964. También habría tenido una oportunidad espléndida para asegurar las mayorías demócratas en el Congreso y en el Senado, tal como lo hizo su sucesor, Lyndon Johnson. Todo esto pudo haber extendido la guerra en Vietnam, comenta Jeff Greenfiel, autor de Si Kennedy hubiese vivido. “Él decía: ‘No puedo hacer nada hasta que resulte electo, pero una vez que eso suceda, buscaré una salida”.
El biógrafo Thurston Clarke asegura que el mandatario se hubiese movido más rápido y habría “retirado a mil asesores de Vietnam para finales del 63”. Sin la rabia por el conflicto vietnamita, Richard Nixon seguramente no habría sido elegido Presidente. Si así hubiese ocurrido todo, ni siquiera existiría el más sórdido episodio en la historia presidencial estadounidense, el escándalo de Watergate, que obligó la renuncia del mandatario.
Pero el segundo Gobierno de JFK podría haber tenido otras condiciones. “La prensa estaba tornándose suspicaz sobre sus romances”, indica Greenfield, especulando sobre las repercusiones de sus infidelidades, que de hacerse públicas lo habrían arruinado. El manejo de la enfermedad de Addison también habría sido más difícil.
Así que, ¿qué tan diferente habría sido el recuerdo y el legado de Kennedy si no lo hubieran asesinado? “Seguiría siendo tan representativo como lo es hoy, pero sin su aura”, asevera Dallek. “Probablemente no estaríamos hablando de él en estos momentos”.
EL HOMBRE, EL MITO, EL SEXO
Las encuestas ubican a JFK como el Presidente más po-pular de Estados Unidos. Más de 40 mil libros han sido escritos en su memoria, pero el legado de Kennedy se debe más al disparo que lo asesinó que a su presidencia, la cual fue baja en rendimiento y alta en escándalos.
“Poco tiempo después de su asesinato, Estados Unidos se vio envuelto en escenarios como Vietnam y problemas raciales, pero él permaneció en un pedestal”, comenta Iwan Morgan, líder de los programas del University College London.
En política exterior, la inflexibilidad del Presidente para detener el comunismo lo condujo a una vergüenza de alto perfil, cuando su plan para derrocar al líder cubano Fidel Castro resultó en la fa-llida invasión de Bahía de Cochinos.
En casa, la visión igualitaria de JFK sobre la “Nueva frontera” hizo que el pragmatismo conservador se acentuara en un segundo plano en materia de derechos civiles. “Kennedy era un espectador virtual –nunca estuvo cerca de aprobar un proyecto de ley en derechos civiles”, comenta el historiador Irwin Gellman. Por el contrario, el sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, fue capaz de pasar la ley de fin de la segregación en su primer año.
Los historiadores difieren en cuanto al estilo de vida hedonista de JFK y cómo impactó en su presidencia, pero la magnitud del exceso es aceptada. Desde Marilyn Monroe hasta practicantes adolescentes, el Presidente estaba “obsesionado con el ritual de conquista sexual”, menciona el biógrafo Alan Brinkley.
Hay pruebas que señalan que Kennedy compartía amantes con su hermano Bobby y el vicepresidente Johnson.
Sus aventuras eran bien conocidas, sin embargo la reputación de Kennedy nunca sufrió daño alguno. Pero aún así, Morgan atribuye que “estas manchas (polémicas) se grabaron en la memoria de los estadounidenses como escándalos de la mitología de su administración”.
Su legado repercutió fuertemente en las campañas de Clinton y Obama, que aprovecharon para dar un mensaje de esperanza en sus Gobiernos.
EL HEREDERO
Sus familiares –el presidente, su abuelo y su tío abuelo, el senador– murieron en trágicas circunstancias, no es de extrañar que el último heredero de los Kennedy se esté entrenando para salvar vidas.
John Jack Bouvier Kennedy Schlossberg (nieto de JFK) se está entrenando. A sus 20 años de edad está tomando un curso paralelo a sus estudios académicos en la Universidad de Yale.
Y Jack todavía está en el negocio familiar: la política. Su madre, Caroline, fue nombrada embajadora en Japón este año, Jack fundó una compañía que distribuye bombillas ahorradoras de energía para residentes de bajos ingresos de Nueva York. ¿Es Jack el próximo JFK? Aún es muy tímido, pero le ha dicho a sus amigos que quiere postularse para un cargo público.
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