La violencia que azota a Venezuela está al nivel de epidemia. Así lo denunció el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual advirtió que las decenas de homicidios que todos los días se registran atentan contra el desarrollo integral del país.
La campanada figura en el informe "Seguridad Ciudadana con rostro humano: Diagnósticos y propuestas para América Latina", que la instancia dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) difundió ayer en Nueva York, en el cual evaluó la situación de la seguridad ciudadana en 18 países y afirmó que 11 están enfermos de violencia, de acuerdo con los criterios internacionales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), todo país que registre diez homicidios por cada 100 mil habitantes sufre una epidemia.
"Entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, mientras que en la mayoría de las regiones del mundo descendió o se estabilizó. En una década han muerto más de un millón de personas en Latinoamérica y el Caribe por causa de la violencia criminal", es la conclusión general del reporte de 285 páginas, en el cual Venezuela figura entre los diez cuyas tasas de homicidio se han incrementado en la última década, aún cuando han experimentado una mejoría en los indicadores económicos.
Pese a que en el informe no figuran las cifras oficiales sobre el porcentaje de homicidios ocurridos con arma de fuego ni total de homicidios con arma de fuego, la conclusión a la que llega no está alejada de la realidad e incluso algunos podrían considerarla hasta bondadosa.
El pasado 1 de marzo el entonces ministro del Interior y Justicia, general Néstor Reverol Torres, admitió que en 2012 16.072 venezolanos perdieron su vida a manos de delincuentes, cifra que supone que la tasa de homicidios se ubicó en 57 por cada 100 mil habitantes, más de cinco veces por encima del límite trazado por la OMS.
México, que en 2006 inició una ofensiva contra los carteles de la droga que se han cobrado la vida de más de 60 mil personas, según distintas organizaciones nacionales e internacionales, tiene una tasa de homicidios de 22 por cada 100 mil habitantes.
Patria Segura preocupa
En su informe el PNUD no solo expresó su preocupación por la situación de criminalidad, sino por la respuesta que las autoridades han dado al problema, en particular el Plan Patria Segura en el que participan efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército.
"La participación de los militares en tareas de seguridad ciudadana plantea problemas serios para el desarrollo de una política de seguridad ciudadana de carácter democrático", alertó el organismo, el cual precisó: "En primer lugar, dificulta la consolidación de una relación entre gobernantes y militares supeditada al poder civil. Segundo, su utilización para subsanar las debilidades institucionales de las policías genera un círculo vicioso en el que el reemplazo de las policías en labores de seguridad ciudadana pospone la adopción de cambios y reformas que permitan fortalecerlas. Tercero, puede constituirse en una amenaza para garantizar los Derechos Humanos y la rendición de cuentas frente a los ciudadanos debido a la jurisdicción específica de las fuerzas armadas bajo fuero militar. Cuarto, mientras las policías civiles tienen como mandato y están formadas para proteger a la población mediante el uso mínimo de la violencia, el entrenamiento de los militares privilegia que se combata y venza al enemigo".
Las observaciones del organismo están más que justificadas. Hay que recordar en que las primeras semanas de la puesta en marcha del operativo se registraron abusos como la muerte de una mujer y su hija, menor de edad, en Falcón a manos de unos guardias nacionales que formaban parte del plan y los cuales les dispararon por supuestamente no atender su voz de alto. Días después otro uniformado dio muerte a un joven en Petare.
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